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- Eduardo del Pozo critica que Medio Ambiente tardara dos meses en reaccionar y pide que entre un nuevo equipo “que sepa gestionar correctamente”
Ciudadanos (Cs) en Les Corts valencianes ha exigido la dimisión de la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Mireia Mollà, por su “responsabilidad directa” en la muerte de los 11 burros que formaban parte de un plan antiincendios puesto en marcha por la Conselleria en el Desert de Les Palmes, en Castellón. Así lo ha anunciado el diputado Eduardo del Pozo durante la comparecencia de Mollà en la Cámara, a quien el parlamentario ha afeado que “la Conselleria tardara hasta dos meses en reaccionar desde la muerte del primer animal y, en todo ese tiempo, no fuera ni un veterinario a controlarlos”.
“La gestión de Mollà y su equipo ha sido nefasta desde el primer momento con este caso, en el que, de hecho, pudieron haber muerto los 50 burros integrados en este programa, ya que, los que se salvaron, quedaron en unas condiciones de desnutrición vergonzosas”, ha manifestado Del Pozo.
“Si todavía tiene algo de dignidad, solo le queda el camino de la dimisión, asuma su responsabilidad”, ha insistido el diputado tras criticar que “hace casi dos meses que Cs solicitó el expediente y toda la documentación relativa a este caso, pero, a fecha de hoy, todavía no se ha recibido nada y Mollà llega hoy a Les Corts sin que la oposición haya podido acceder a ningún tipo de información sobre lo sucedido”.
“Es imprescindible que, en la Conselleria de Medio Ambiente, entre gente nueva que sea capaz de gestionar de manera eficaz y no incurra en negligencias tan graves como dejar morir a unos animales domésticos que dependían de la Conselleria”, ha añadido el diputado, para quien “este suceso ha sido la gota que colma el vaso de la pésima gestión de Mollà”. En este sentido, Del Pozo ha enumerado la “multitud de problemas que evidencian la mala gestión de la consellera desde el principio de legislatura, como las plagas descontroladas que asolan el campo valenciano, el recorte de agua a los agricultores, el estado crítico de la Albufera o las playas cerradas por contaminación fecal todos los veranos”.
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